SIGNIFICAT DEL PROCÉS DE SUPERVISIÓ

pexels-photo-357865El concepte de supervisió té vàries accepcions , diferents sentits i significats en funció de la seva finalitat i àmbit d’aplicació. Des del punt de vista educatiu i psicosocial fa referència a l’acompanyament, suport  i ajuda i ens suggereix la idea de la possibilitat de disposar d’una visió ampliada de la realitat observada. Una realitat que sabem és dinàmica i canviant.

Des d’aquesta mirada, tot procés de supervisió es refereix a la pràctica de l’exercici professional, i la seva reflexió,  i a la integració entre pensament i emoció. Justament és la vivència i integració d’aquestes dues dimensions les que cal atendre des de la pràctica de la supervisió.

LES TRES “i” DE LA SUPERVISIÓ:

La supervisió professional des de la seva funció emocional-relacional, ha de permetre en els processos d’equip:

Identificar:

  • Allò que preocupa a l’equip
  • El que viuen els diferents membres de l’equip, com ho viuen i els hi afecta
  • Les limitacions i bloquejos
  • Allò que els motiva i activa

Instaurar:

  • Una pràctica reflexiva
  • Un espai de construcció entre supervisor i equip
  • Les oportunitats de desenvolupament i millora de competències
  • La consciencia sobre la vivència professional, la seva pràctica i responsabilitat
  • La capacitat per a conèixer e interpretar els bloquejos i dificultats de l’equip i ,els seus membres respecte l’exercici professional

Integrar:

  • Els aspectes cognitius, relacionals, emocionals i corporals
  • Saber escoltar-los, atendre’ls i interpretar-los.
  • Un major coneixement sobre la nostra persona i el nostre rol professional
  • La comprensió sobre la nostra realitat como equip.

En definitiva tot procés de supervisió ha de permetre, en primer lloc, identificar aquelles qüestions que ens parlen i ens diuen coses sobre l’equip; en un segon moment, instaurar aquelles pràctiques i/o habilitats que ens permeten prendre consciencia sobre la nostra realitat i dinàmica relacional; per així, en tercer lloc, integrar aquelles capacitats i competències que ens possibilitin entendre i atendre a l’equip, i créixer i avançar como subjectes professionals que som. Es tracta doncs d‘apoderar a la persona, al professional que és i a l’equip del qual forma part.

QUÈ ES FA IMPRESCINDIBE ?

 Per iniciar un procés de supervisió d’equip és necessari i important per l’èxit del procés:

  • Tenir curiositat per a conèixer i comprendre dels propis processos d’equip i de la seva dinàmica relacional.
  • Saber dels interessos i motivacions i d’allò que dona sentit i significat a la pràctica professional.
  • Tenir consciencia de les dificultats i alhora de les capacitats para abordar-les.
  • Voler mirar-se i observar-se amb certa perspectiva, prendre distancia per veure i veure’s des de fora i integrar així el conjunt i cada una de les parts.
  • Creure en la màxima que si es vol es pot. Predisposició al canvi i confiança en l’equip.

Lluís Toledano, Juny 2018

 

EL VALOR DEL COACHING

stock-photo-reflection-business-learning-mirror-office-pen-writing-life-marker-b292f5ab-78cd-4b69-981b-6eaaaaca1370¿QUÉ ES PARA MI EL COACHING? ¿CÓMO LO CONCIBO Y ENTIENDO?

Quizá la definición de mi propio concepto de coaching, la encuentro en la confianza y creencia en el ser humano y en su capacidad innata para crecer, desarrollarse y realizarse hacia la máxima plenitud.

Entiendo el coaching cómo aquél proceso de acompañamiento personal y/o profesional que tiene por objeto ayudar a las personas que quieren conseguir sus objetivos o metas, cuando éstas se encuentran con alguna dificultad que no saben cómo abordar o superar. Proceso de cambio centrado en el presente y orientado al futuro donde, mediante el diálogo, las preguntas, la observación plena y la escucha activa, el coach acompaña a la persona en su toma de conciencia, aceptación y puesta en práctica de acciones de mejora y desarrollo, a partir de él mismo y de sus propios valores.

Lo concibo cómo:

  • La oportunidad para mirarse para sus adentros, conocerse, entenderse y así comprenderse, aceptarse y quererse.
  • La posibilidad para descubrir aquello que le mueve por dentro y le hace vibrar, sentir y accionarse.
  • La valentía de tomar conciencia del sentido de su vida y proyecto vital.
  • La apuesta para responsabilizarse, empoderarse y ser protagonista de sus procesos personales y proyecto de vida.

 

CUALES SON SUS APORTACIONES, SU VALOR

En relación a los procesos personales, el valor del coaching lo encontramos, en primer lugar, en la importancia de la toma de conciencia y la asunción de responsabilidad personal, lo que le da un mayor conocimiento, comprensión, y le permite abordar los cambios, activarse y sentirse protagonista de los procesos desarrollados.

En segundo lugar, en la posibilidad de crear espacios seguros, íntimos y capacitadores, que favorezcan el abordaje de las creencias y limitaciones, el descubrimiento de los deseos íntimos y vitales y la emergencia de la energía necesaria para conciliarse con uno mismo, crecer y avanzar con fuerza y convicción.

En tercer lugar, por dar la palabra a la emoción, la vivencia, la intuición, la corporalidad y la posibilidad de sentirse, para conectar con lo más íntimo, genuino y verdadero de cada uno y sus realidades vitales.

En relación a una mirada más filosófica, existencial y actitudinal, el valor del coaching lo hallamos en la necesidad de transcender a la búsqueda del sentido vital de uno mismo para así contribuir para un mundo mejor, más certero, humano y solidario y trabajar para su transformación, mediante los pequeños o grandes cambios y avances que se dan en los procesos personales, individuales, grupales y organizacionales.

Lluís Toledano,  Juny 2018

FUNCIÓN Y VALOR DEL TERCER SECTOR SOCIAL

network_icon-icons.com_66538El espacio de referencia y actuación del Tercer Sector Social es aquél que, con vocación de servicio público, trabaja por la inclusión y la cohesión social de las comunidades, las personas y sus entornos de vida. Por tanto, aquél que se ocupa y preocupa principalmente del ámbito y esfera social desde una perspectiva amplia e integral y centrada en la persona en todas sus dimensiones y en la defensa de sus derechos. De ahí quizá se deduzca la función de interlocución, de agente social y de lucha contra toda forma de exclusión social de aquellos colectivos que presentan mayor vulnerabilidad y fragilidad social.

La necesidad de atender, abordar y dar respuesta a las diferencias que se construyen en cada una de las trayectorias vitales de los individuos y paliar así las desigualdades futuras, centra buena parte de las acciones del Tercer Sector en actuaciones capaces de liderar prácticas dirigidas al fortalecimiento y capacitación de las personas y las comunidades, con un fuerte compromiso a favor de la justicia y el bienestar social.

Con este objetivo el Tercer Sector Social centra sus mensajes y actuaciones para la transformación social, haciendo pedagogía y generando valor social, dando a conocer la complejidad social y trabajando por una ciudadanía responsable y cohesionada que permita actuar con valor, desde la justicia social, la solidaridad, la igualdad de oportunidades, la tolerancia, el diálogo, la conciencia y el compromiso generando inclusión, cohesión social y mayor valor democrático.

Todo esto plantea una serie de retos que el Tercer Sector Social debe afrontar con valentía, constancia y perseverancia. A modo de grandes líneas, los principales desafíos son los que siguen:

  • Respecto al reconocimiento de derechos: visibilizar, aproximar y amplificar las voces de las personas en situación de vulnerabilidad, promoviendo su participación y espacios comunes de responsabilidad, derechos y deberes. Trabajar por la redistribución social de oportunidades vitales que potencien la capacidad de empoderamiento, autonomía y acción de los sujetos.
  • Respecto a la responsabilidad compartida, la participación de la ciudadanía y la cohesión social: impulsar la creación de conciencia y responsabilidad social en la sociedad en su conjunto; trabajar por una ciudadanía activa, comprometida y organizada que participe de actuaciones basadas en los valores de solidaridad, igualdad, compromiso y justicia social para generar cohesión y capital social.
  • Respecto a la gobernanza y el espacio público: construir redes de trabajo estable desde la implicación y la cooperación entre administraciones, agentes sociales y el Tercer Sector Social en el marco de una esfera pública compartida que posibilite el diseño y definición de políticas así como la ejecución y prestación de servicios desde la complementariedad, la complicidad y el equilibrio.
  • Respecto al propio reconocimiento y el papel del Tercer Sector Social:
    • En relación a las propias organizaciones consensuando los puntos fuertes que identifican sus valores y su misión con las acciones y servicios que llevan a cabo.
    • En relación a las necesidades y capacidad de respuesta impulsando la innovación, creatividad e ingenio para plantear soluciones eficaces a las necesidades sociales emergentes
    • En relación al entorno y la comunidad trabajando en red creando estrategias compartidas de participación social desde el compromiso y la proximidad entre las personas, los agentes sociales y otros actores locales.
    • En relación a la acción política posicionando el sector y su labor de incidencia política y su rol de agente social reconocido así como creando alianzas estratégicas a nivel intersectorial e intrasectorial.
    • En relación a la vertebración y estructuración del sector avanzando en la coordinación y trabajo conjunto entre las entidades de primer nivel y organizaciones de segundo y tercer nivel en función de objetivos estratégicos comunes, grupos de interés, representación, interlocución, incidencia, etc.

Un mayor protagonismo y posicionamiento frente aquellos temas claves del sector requiere de la organización y vertebración del potencial del conjunto de las entidades sociales con el objetivo de sumar y crecer, conocer y aprender para construir discurso y conocimiento con el convencimiento que en la medida que podamos integrar una mirada conjunta respetando la diversidad de identidades y el reconocimiento mutuo, pero priorizando objetivos y necesidades, generaremos posicionamiento y reconocimiento y con ellos capacidad de incidencia para influir de forma más eficaz frente a las instituciones públicas, los agentes sociales y ante la ciudadanía y la sociedad en su conjunto.

En cualquier caso lo que es realmente importante más allá de las posibilidades y capacidad para organizar y fortalecer el sector, es trabajar desde nuestras realidades con la fuerza y el convencimiento que nuestra acción incida no solamente en las personas a las cuales nos dirigimos principalmente sino también en las comunidades y barrios implicando a la ciudadanía para que se sienta arte y parte de proyectos colectivos que transmitan actitudes y valores de solidaridad, justicia social y compromiso democrático.

Lluís Toledano, Coach i Supervisor – Tercer Sector. 2011

POLÍTICAS SOCIALES Y TERCER SECTOR

bombetaLas respuestas a las problemáticas sociales siempre se han pensado desde la fragmentación y desde, propiamente, el ámbito social, obviando o ignorando la responsabilidad de otros ámbitos, sectores y agentes sociales. La exclusión social se ha de entender desde su complejidad y multidimensionalidad. Es decir, desde la escasez de recursos a los procesos de empobrecimiento que impiden el pleno desarrollo de las personas, de sus proyectos vitales, anhelos y necesidades.

Partimos de la base que las políticas públicas en materia social tienen que dar respuesta mediante actuaciones integrales y transversales, desde todas las ópticas y competencias, a la globalidad de los problemas sociales en los ámbitos económico, laboral, educativo – formativo, social, sanitario, etc.  Los servicios sociales ya no pueden seguir siendo el cajón de sastre donde colocar y dirigir el encargo y responsabilidad frente a las problemáticas sociales.

Las administraciones mediante sus respectivas competencias han de dar respuestas a las distintas realidades que atañen a las personas, a su bienestar y posibilidades de realización personal y colectiva. Y en esa tarea no pueden ni deben estar solas. Necesitan de la complicidad, implicación y fuerza de todos los agentes sociales y de la ciudadanía en su conjunto. En la medida que existan propuestas reales de colaboración y coordinación basadas en valores de compromiso democrático y transformación social entre la administración, el Tercer Sector Social y otros agentes sociales estaremos un poco más cerca de trabajar por la inclusión y cohesión social de forma más efectiva y sólida. Claro que para ello se hace necesario dar pasos de gigante en la concepción que muchas veces se tiene de dicha colaboración que hoy en día aún tiene muchos indicios de ser clientelar y sólo prestadora de servicios y pasar a una concepción basada en la corresponsabilidad.

La pobreza y el crecimiento de situaciones de vulnerabilidad y de exclusión social en un momento de crisis especialmente requirieren un fuerte compromiso de todos los niveles de gobierno y del conjunto de la ciudadanía. Los retos se plantean globalmente pero tienen efecto en las ciudades y en los entornos inmediatos; no olvidemos que la atención a las personas se construye desde la proximidad. En la medida que se reconocen derechos sociales de ciudadanía se incide en la mejora de la cohesión social y en la necesidad de implicar y reconocer el papel del Tercer Sector Social y del conjunto de la ciudadanía en el diseño y desarrollo de las políticas sociales de proximidad. El Tercer Sector debe ser clave en esta supuesta sociedad relacional por su capacidad de construir vínculos, de generar capital social, de adecuar las respuestas sociales a la complejidad, de anticiparse a necesidades y canalizar la participación y solidaridad de la ciudadanía. No olvidemos que, a su vez, y en otro orden de cosas, el Tercer Sector es un agente económico, con funciones en la prestación de servicios y por consecuencia en la generación de empleo.

El Tercer Sector multiplica el impacto de la acción de los poderes públicos. Para ello, debe crear sinergias con la administración, tanto a nivel estatal, autonómico como en el ámbito local. Una colaboración estable que contemple el valor añadido del Tercer Sector Social en cuanto a su mayor capacidad de innovación, flexibilidad y adaptación a las distintas realidades sociales. En definitiva, un modelo de bienestar más acorde con esta realidad compleja requiere de un fortalecimiento de la ciudadanía y la participación de la sociedad civil organizada.

Las entidades sociales y las administraciones deben trabajar en partenariado, ser socios en su diversidad y no ser auxiliares unos de otros; sólo así se puede lograr un compromiso pleno para la inclusión social. Y es así como podemos generar un aprendizaje colaborativo en clave relacional, comunitaria, transversal y transformadora.

El avance hacia sociedades más inclusivas se encuentra estrechamente vinculado a la capacidad de generar, entre administraciones, agentes sociales y la ciudadanía, actuaciones desde la gobernanza relacional, basada en la corresponsabilidad, la complicidad y la colaboración, en definitiva, en la capacidad de convertir las complementariedades en complicidades y compromisos. Una forma, por tanto, de trabajar las capacitaciones, la autonomía, la autoestima, el sentimiento de pertenencia a la comunidad y el desarrollo de vinculación social, la construcción de proyectos vitales, etc. Estamos hablando pues de una forma de gobierno en la que la coherencia de la acción pública en cuanto a la definición de problemas, el diseño y su ejecución, se articula y coordina a diferentes niveles con diversos actores públicos y privados para definir un espacio común de corresponsabilidad, legitimidad y toma de decisiones para el abordaje de las realidades y problemas sociales más acuciantes.

Lluís Toledano, Coach i Supervisor – Tercer Sector. 2011